miércoles, 23 de octubre de 2019

La Décima: una añada excepcional


Remitido por Antonio Cervantes (con la colaboración de Pepa Guerrero)
El pasado día 19 de octubre, horas antes de nuestro almuerzo, tuve un amable intercambio de mensajes con Pepa Guerrero y, entre otras cosas, comentamos las bondades de esta Décima promoción de Biología. Fueron muchas horas compartidas y ahora, que tendemos a la nostalgia serena, es momento de valorar todo lo positivo que nos dejó nuestra experiencia.
Reflexionando un poco sobre lo que nuestra promoción pudiera tener de especial, habría que comenzar por decir que en los primeros meses de nuestra andadura finalizó la Dictadura y que a lo largo de nuestros años estudiantiles pudimos ser testigos de algunos hechos que marcaron el comienzo de una nueva era en la historia de España: el inicio de la monarquía, el referéndum, las primeras elecciones y, diez días después, la primera Copa del Rey ganada por el Betis; y, finalmente, la Constitución de 1978. Además, inventamos EL DIA DE LA PRIMAVERA. ¡Ahí es nada lo que hemos vivido juntos!
Ya durante la primera celebración, la de los 20 años en Robles Aljarafe, a la que asistimos en buen número, quedó patente lo de que “20 años no es nada”, ya que aquello se prolongó hasta casi la medianoche. Parecía que nunca hubiéramos dejado de vernos. Me imagino que en aquella ocasión algún cenizo (o ceniza) pensaría que aquello no era sino un episodio más de la típica exaltación “post-copas” de la amistad.  Las citas posteriores (incluidas las COMBOCATORIAS) se encargaron de disipar cualquier duda al respecto.  Había madera.
Más adelante, hemos sido parte activa de una sociedad que ha superado los complejos de otros tiempos y hemos contribuido a que, hoy día, nuestro país sea una referencia positiva para todos aquellos que en el pasado nos trataban con la condescendencia típica del que se cree mejor. Estamos sin duda en el pelotón de cabeza, aunque hay aún mucho trabajo pendiente. Ahí está nuestro granito de arena como científicos, docentes, empresarios y artífices de muchas otras tareas.
En definitiva, produce alegría y satisfacción ver que, a pesar de que casi siempre el destino tiende a separarnos más que a unirnos, cada vez que nos vemos tenemos una infinidad de cosas que decirnos y la celebración se nos queda siempre corta. Incluso entre compañeros que por una u otra razón no se dejaban ver demasiado durante los años de facultad, se observa que el diálogo fluye. De ahí que, personalmente, considere una iniciativa muy acertada el que nos veamos cada año en los albores de la primavera. Este blog nos ayudará ciertamente a coordinarnos mejor.
Quisiera, finalmente, recordar a los compañeros, queridos, que desgraciadamente ya no están entre nosotros: Mari Carmen Carrascal, Manolo Navarro, Luis Paladini, José Mª de los Reyes, Mª Victoria Ruiz, Mª Luisa Tena. Estoy seguro de que, de seguir entre nosotros, hubieran participado en las conversaciones tan entrañables que tuvimos el otro día en Robles Placentines.
Y que nos quede claro a todos: La Décima fue una añada excepcional.

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